Bill Gates: una propuesta realista frente a la crisis climática


Bill Gates, fundador de Microsoft y conocido filántropo, se acerca a uno de los grandes temas de nuestra época con un análisis detallado de las herramientas que tenemos a nuestra disposición para tratar de atajar la crisis climática. *Cómo evitar el desastre climático*, publicado en Plaza y Janes, es una visión realista y eminentemente práctica sobre uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta nuestra civilización.


¿Qué puede aportar alguien como Gates a este debate? El autor se adelanta a la desconfianza que pude suscitar el hecho de que alguien como él se acerque al problema. "No puedo negar que soy un tipo adinerado con una opinión", afirma, con un punto de modestia. "Sin embargo, creo que se trata de una opinión bien fundamentada, y siempre procuro informarme mejor".


Es evidente que su participación en el debate está de sobra justificada. Ya hace algunos años hablamos por aquí de su proyecto TerraPower, destinado en parte a tratar de obtener nuevas centrales nucleares alimentadas por los residuos de la actual generación de centrales. Pero es que, además, el lector comprueba enseguida que Gates sabe de lo que habla. Es más, sus propuestas están bastante más fundamentadas que la mayoría de las que se sueltan en el ágora pública por parte de muchos expertos y especialistas.


Y es que a la inmensa mayoría de las ideas que se publican sobre el tema suelen ir sobradas de idealismo y adolecer de concreción. Quienes ya peinan canas sabrán que muchas ideas se centran en el tan traído y llevado "decrecimiento", esa propuesta grandilocuente que aboga por dar marcha atrás y renunciar a muchas de las ventajas que Occidente y buena parte del mundo ha adquirido en las últimas décadas. 


Gates lo tiene claro: hace falta más electricidad, más fertilizantes, más transporte... si queremos que la Humanidad en su conjunto pueda lograr el desarrollo que hemos alcanzado en las sociedades de corte occidental. "El mundo necesita generar más electricidad para que los desfavorecidos prosperen, pero sin emitir más gases de efecto invernadero". El argumento es tan claro como difícilmente rebatible sin recurrir al maniqueísmo infantiloide. "Sería inmoral y poco práctico intentar evitar que quienes se encuentran en los peldaños inferiores de la escala económica traten de ascender", insiste en otro momento.


El grueso del libro está dedicado a repasar propuestas concretas para llegar a las cero emisiones netas de carbono. Incluso los lectores más acostumbrados al tema comprobarán enseguida que el reto es un desafío titánico y formidable. No basta con reducir viajes y comenzar a utilizar vehículos eléctricos, no. Se basa en conseguir descarbonizar por completo la economía de todo el planeta o, al menos, conseguir que ese carbono no se libere de forma descontrolada a la atmósfera. 


Gates repasa una gran cantidad de iniciativas y desarrollos tecnológicos que tienen como objetivo reducir al máximo las emisiones de gases de efecto invernadero. En este sentido, el autor aporta decenas de ejemplos sobre cómo lograr alternativas a nuestra dependencia de procesos que incrementan los niveles atmosféricos de carbono. Por citar solo un ejemplo, reseña los numerosos desafíos a los que tienen que hacer frente las baterías que serán necesarias para almacenar la energía solar o eólica no consumida en los ciclos día-noche o verano-invierno. Este tipo de detalles suelen pasarse por alto en la mayoría de los acercamientos al cambio climático.


De cara a poder descarbonizar la sociedad y la economía, uno de los argumentos principales hace referencia a un tema sobre el que muchos no quieren oír hablar: la necesidad de recurrir en parte a la energía nuclear para lograr ese objetivo. El filántropo reconoce los desafíos de seguridad de ese tipo de energía, pero argumenta que, ante ese problema, el único camino es buscar soluciones más seguras, de la misma forma que los accidentes en carretera no nos llevan a renunciar a nuestros vehículos sino a aumentar su seguridad.


Además de las soluciones estrictamente técnicas, Gates repasa las implicaciones que el desafío climático tendrá en la política y en la economía. Aunque también en esta ocasión desciende al nivel de detalle, una de las ideas principales hace referencia a la necesidad de conseguir primas verdes lo más bajas posibles; es decir, que producir limpiamente no sea excesivamente más caro que hacerlo a golpe de combustible fósil. Yendo más allá, considera que las soluciones limpias serán un incentivo económico para aquellas empresas y gobiernos que sepan subirse a la ola de la sostenibilidad. 


Finalmente, es de agradecer que el libro no rezume ese consabido tono de "asustaniños" al que nos tienen acostumbrados muchos especialistas y comunicadores. Como no podía ser de otra manera, el libro repasa las sombrías predicciones respecto al cambio climático, sin ocultar la gravedad de sus consecuencias. Pero el pilar fundamental es la búsqueda de soluciones y la confianza en que los seres humanos llevamos miles de años superando retos. Por supuesto, muchas de sus propuestas son matizables o abiertamente criticables, pero el objetivo final debe estar claro. "Confío en que dediques más tiempo y energía a apoyar las causas con las que simpatizas que a oponerte a aquellas de las que discrepas". En definitiva, la aportación que Bill Gates ha puesto sobre la mesa es un buen ejercicio de realpolitik en un debate en el que sobran discursos derrotistas, muchas veces más fundamentados en ideologías preenvasadas que en debates libres de prejuicios.


Juanma Gallego

Bill Gates: una propuesta realista frente a la crisis climática Bill Gates: una propuesta realista frente a la crisis climática Reviewed by Juanma Gallego on marzo 09, 2021 Rating: 5

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