¿Qué tal, extraterrestre?




Comunicarse con civilizaciones extraterrestres es un antiguo anhelo, pero encontrar un lenguaje con el que comunicarse con unos hipotéticos alienígenas es todo reto. A raíz del 25 aniversario del festival musical Sonar hay ya un mensaje viajando por el espacio. 

Distancia: unos 12,4 años luz. No es poco, pero, a escala astronómica, es una cifra modesta. A esa distancia se encuentra GJ273b, o, hablando entre amigos, el exoplaneta Luyten Star b. Si allí se hubiera desarrollado una civilización tecnológica, hacia marzo de 2030 sus habitantes van a encontrarse con una buena sorpresa.

Y es que un mensaje enviado allí desde la Tierra se encuentra ya en el espacio. Fue enviado en octubre de 2017, mediante una antena de radar situada en Noruega. El próximo abril (*) enviarán un segundo mensaje. Se trata de una curiosa idea llevada a cabo para celebrar el 25 aniversario del festival Sonar de Barcelona, pero, más allá del mero simbolismo, la iniciativa ha tenido un objetivo eminentemente práctico.

El ingeniero y físico Jordi Portell i de Mora se ha encargado de la parte técnica. Trabaja en el Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC) y en la misión GAIA, de la Agencia Espacial Europea (ESA). Según ha subrayado el experto, antes ya se habían realizado otros intentos. "Pero no se han llevado a cabo de un modo demasiado realista. Entre otras razones, porque se han enviado mensajes a estrellas demasiado lejanas, sin saber demasiado bien si en ellas había algún planeta dentro la zona de habitabilidad".

Además, los organizadores tenían claro desde el principio que querían realizar el proyecto dentro de la escala de una vida humana. Comenzaron a buscar candidatos, con la ayuda de Ignasi Ribas, director del IEEC y experto en exoplanetas. Hablaron con la NASA y la ESA para conseguir antenas, pero, al final, las dos organizaciones se echaron atrás. Finalmente, lograron la ayuda de la organización EISCAT, que realiza investigaciones atmosféricas con la ayuda de un radar. Sin embargo, esa opción delimitó la cantidad de planetas que podrían alcanzarse, dado que debían realizar la transmisión desde Noruega. Al final, han depositado sus esperanzas en ese planeta situado a 12,4 años luz. Enviando allí un mensaje, en teoría podría obtenerse una respuesta en un plazo de 25 años.

Buscando la sencillez

"Hemos intentado hacer algo que fuera fácilmente descodificable. Además de la propia información, en la transmisión también hemos explicado cómo hay que descodificar el mensaje. Comenzamos con algunos conceptos básicos y después vamos añadiendo más complejidad. Al principio, los números primos: 2, 3, 5, 7, 11, 13… Después, el concepto de byte. En el propio mensaje se explica cómo es una onda digital limpia, para poder comprender la música que viene a continuación. Por otro lado, hay también un mensaje elaborado por miembros del la organización METI".

No es un error tipográfico. Además de la famosa organización SETI, que trata de "escuchar" mensajes llegados del espacio, también existe la organización METI.org. Creada en 2015, su principal cometido es enviar mensaje a supuestos extraterrestres.

Douglas Vakoch, director de METI.org, explica cuál es el funcionamiento de la organización. "Por desgracia, no podemos esperar que los extraterrestres hablen vasco, inglés o swahili. Para conseguir comunicarnos con civilizaciones extraterrestres, necesitamos encontrar un lenguaje universal".

Si las lenguas de Gabriel Aresti, William Shakespeare y Muyaka bin Haji al-Ghassaniy no valen, ¿qué lengua puede utilizarse entonces? "Tenemos que pensar sobre qué es lo que tenemos en común con los extraterrestres", responde Vakoch. "Si son capaces de recibir nuestras señales de radio, eso significa que son capaces de construir una antena. Por tanto, hemos de suponer que son buenos ingenieros. Resulta difícil imaginar un ser capaz de construir un instrumento semejante pero que no sea capaz de emplear matemáticas básicas como 2+2=4. Por eso, para iniciar el contacto, el punto de partida de nuestras comunicaciones han de ser los conceptos más básicos de la física y las matemáticas". La comunicación espacial, por tanto, podría no ser tan complicada en el fondo. Sin embargo, resulta difícil imaginar cómo podría llevarse a cabo. BERRIA ha acudido a la lingüista Sheri Beth Wells-Jensen, de la universidad Bowling Green (Ohio, EE.UU.). Well-Jensen explica cómo iniciar una conversación desde cero mediante un ejercicio que les suele proponer a sus alumnos. "Supongamos que somos capaces de enviar números y que los extraterrestres tienen la capacidad de entender esos números. Se trata de un planteamiento bastante realista: para expresar un siete, basta con escribir siete puntos".

Una vez explicado esto, les da a los alumnos una serie de cifras y símbolos que en principio no son discernibles. "El primer mensaje, por ejemplo, puede consistir en 2 FLIP 1 ZA 3 y 3 FLIP 2 ZA 5. Con esto estamos expresando que FLIP quiere decir más o y, pero también que ZA significa igual, es, verdad o algo similar. Luego puede enviarse esto: 9 TOOT 2 ZA 7, y puede deducirse que TOOT significa menos. Después, 2 FLIP 1 KU ZA 8. Se concluye que ese KU significa no. De este modo, vamos construyendo una torre compuesta de asunciones que dependen unas de otras". Paradojas de la globalización, la explicación de una lingüista ha llevado desde 6.400 kilómetros de distancia. Esa es, precisamente, la distancia entre Vitoria-Gasteiz y Ohio. La distancia hasta las estrellas es mayor, pero quizás también allí el ser humano pueda encontrar respuestas amables. Sólo hay que dejar atrás el miserable refrán Atzerri, otserri ["Tierra extranjera, tierra de lobos"] y comenzar a trabajar. El inicio de la conversación es sencillo: 1 FLIP 1 ZA 3 y 3 FLIP 2 ZA 5.

TextoJuanma GallegoImagen: la transmisión se ha enviado desde una antena de radar situada en Tromso (Noruega). CRAIG J HEINSELMAN/EISCAT.

* Artículo publicado originalmente en el diario Berria en marzo de 2018. 
¿Qué tal, extraterrestre? ¿Qué tal, extraterrestre? Reviewed by Juanma Gallego on octubre 11, 2019 Rating: 5

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